lentillas para niños

Lentillas para niños: ¿a qué edad se pueden empezar a usar?

  • Actualizado
  • Publicado en General
  • 8 minutos de lectura

Las lentillas para niños han tomado protagonismo en el mundo de la salud visual en los últimos años. Ya no es extraño escuchar a padres preguntarse sobre la posibilidad de que sus hijos las utilicen. Pero, ¿a qué edad es seguro que un niño comience a usar lentillas? ¿Es mejor que usen gafas o lentillas? ¿Qué precauciones deben tomarse con los niños que usan lentillas?

Estas y otras preguntas son muy comunes entre los clientes que acuden a una óptica, y como profesionales, los ópticos debemos estar preparados para responderlas: el éxito de una óptica no depende sólo de los productos y servicios ofertados o de usar un buen software para la correcta gestión de una óptica, sino también de saber solucionar adecuadamente las dudas de los usuarios, que muchas veces ven en nosotros a alguien cercano y de confianza. Por eso, en este artículo vamos a tratar de aclarar todas las dudas a las que se puede enfrentar un óptico acerca del uso de lentillas en niños.

¿Cuándo poner lentillas a un niño?

Una de las preguntas más habituales entre los usuarios que se plantean usar lentillas es: “¿A qué edad se pueden poner lentillas?”; y esto ocurre especialmente cuando se trata de que los niños usen lentes de contacto. En general se considera que no hay una edad específica en la que un niño pueda o deba comenzar a usar lentillas, si bien algunos expertos oftalmólogos sostienen que la edad más adecuada para comenzar a usar las lentillas es entre los 6 y 8 años, una vez alcanzada la madurez del sistema visual. 

En realidad, la respuesta a esta pregunta tiene menos que ver con la edad, y más con las necesidades visuales y el nivel de responsabilidad del menor. Se ha visto que usar lentillas para frenar la miopía en niños da buenos resultados, y se pueden utilizar desde edades tempranas si el pequeño muestra señales de miopía progresiva. Distinta es la valoración cuando el uso de lentes de contacto responde únicamente a criterios estéticos, como por ejemplo si unos padres o el propio menor se plantean el uso de lentillas de colores para niños, en cuyo caso debe prevalecer siempre el bienestar del niño.

¿En qué situaciones se recomienda que los niños usen lentillas?

Las lentillas son recomendadas para niños en diversas situaciones. Son la mejor solución para aquellos con hipermetropía, astigmatismo o estrabismo, ya que aseguran que la corrección óptica permanezca centrada en el ojo. Además, debido al aumento global de la miopía en niños por el uso de pantallas, el uso de lentillas ayuda a controlar su progresión y mejora la calidad visual. 

En las actividades extraescolares y deportes, especialmente aquellos donde las gafas pueden ser un obstáculo o un riesgo, el uso de lentillas también supone un beneficio. Según algunos estudios, 3 de cada 4 niños que usan gafas evitan el deporte o ciertos juegos por temor a dañarlas, y el 85% se quita las gafas durante estas actividades, reduciendo así su agudeza visual, lo que también supone un riesgo. Además de para evitar romper sus gafas, algunos niños prefieren usar lentillas por cuestiones de autoestima.

Cómo poner lentillas a un niño: claves y precauciones

El proceso de poner lentillas a un niño requiere paciencia y cuidado. Es fundamental que el niño sea capaz de manipularlas con higiene y seguridad, y tanto el profesional como sus padres en casa deben asegurarse -especialmente durante las primeras semanas- de que el niño adquiere unos determinados hábitos de higiene y cuidado diario para usar las lentillas con seguridad. 

Debemos asegurarnos de que el menor se lave las manos antes de tocarlas, y de seguir las indicaciones y recomendaciones específicas de cada tipo de lente de contacto, incluyendo la posible utilización de líquidos para su conservación y limpieza. Después de lavarse las manos, es importante que para secarlas el niño no utilice toallas de tela o de papel que puedan desprender fibras o trozos, ya que estas podrían pasar al ojo. 

Además, durante los primeros días o semanas, tendremos que acompañar al niño en el proceso de colocarse las lentillas, ayudándole a ganar confianza y destreza, hasta que pueda hacerlo por sí solo. Esto se hará inicialmente en la propia óptica, con la ayuda de un profesional que explicará también el proceso a los padres para que luego sean ellos quienes puedan ayudar al menor en caso necesario.

¿Cuántas horas puedo llevar lentillas?
Esta es otra de las preguntas más comunes entre los clientes. Todo depende del tipo de lentilla -diarias, mensuales, etc- y de las recomendaciones del oftalmólogo; no obstante, en general, no es conveniente usar las lentillas más de 8 horas diarias, y dependiendo de la actividad, el ambiente o de las propias características del ojo (por ejemplo si el usuario sufre de ojo seco), incluso se puede establecer un máximo de 5-6 horas diarias. 

En todos los casos, es muy conveniente acompañar el uso de lentillas con unas gotas humectantes, que se pueden llevar cómodamente en cualquier bolsillo y con las que mantener el ojo adecuadamente húmedo, para evitar complicaciones o patologías. En ningún caso debemos usar las lentillas más de 10 horas diarias, pues corremos un grave riesgo de favorecer la aparición de distintas enfermedades oculares. Por ello, es clave como ópticos insistir siempre en que los usuarios sigan nuestras instrucciones y se aseguren de que las lentillas están en perfecto estado.

¿Cuántos años puedes usar lentillas?

El uso de lentillas no tiene una duración predeterminada en años. Mientras se mantenga una buena salud ocular y se sigan las indicaciones del especialista, hay que dejar claro que las lentes de contacto pueden usarse indefinidamente. Sin embargo, con el tiempo, las necesidades visuales pueden cambiar, y será necesario reevaluar el tipo y la potencia de las lentillas. 

Además, las personas mayores pueden sufrir con más frecuencia ciertas patologías (síndrome de ojo seco, presbicia, etc) que harán necesario usar lentillas especialmente adaptadas a sus circunstancias.

¿Qué es mejor usar gafas o lentes de contacto?

La elección entre gafas o lentillas es siempre una decisión personal y basada en las necesidades de cada individuo, si bien las lentes de contacto ofrecen varias ventajas que ya hemos mencionado, especialmente en el caso de los niños: por ejemplo, las lentillas ofrecen una visión más natural, muestran nuestro rostro tal cual es, y son ideales para actividades deportivas. 

En cambio, las gafas pueden ser más cómodas en ciertos casos, no requieren un proceso de aprendizaje por parte del niño, y requieren menos mantenimiento. Es por tanto esencial evaluar con el usuario las ventajas y desventajas de cada opción, antes de tomar una decisión sobre qué opción escoger.

¿Se pueden llevar gafas y lentillas a la vez?

Sí, por supuesto: es posible combinar el uso de gafas y lentillas, y es algo bastante habitual. Algunas personas optan por usar lentillas durante el día y gafas de noche. Otras pueden utilizar gafas para ciertas actividades (por ejemplo para trabajar con ordenadores) y lentillas para otras. La combinación de ambas proporciona versatilidad, y satisface diferentes necesidades visuales y estéticas.

¿Qué gafas son recomendadas para niños?

Cuando nos planteamos unas gafas para niños, es fundamental escoger gafas que sean resistentes, cómodas y flexibles. Hay que tener en cuenta que los niños son en general muy activos, y por tanto necesitan gafas que puedan resistir sus juegos y actividades diarias, y que al mismo tiempo les resulten cómodas, ya que las llevarán durante varias horas al día. Los materiales flexibles y con monturas que se adaptan al rostro del niño son los más adecuados; además, desde la óptica debemos ofertar modelos con distintos diseños, que el niño puede escoger en función de sus gustos y preferencias, y seguir también una política atractiva de precios de lentillas para niños, con una buena relación calidad-precio.

Riesgos del uso de lentillas para niños

Dado que se trata de un cuerpo extraño que se coloca en la mucosa del ojo, las lentillas presentan ciertos riesgos si no se usan correctamente. Infecciones oculares, úlceras y daños en la córnea son algunas de las posibles complicaciones que pueden causar las lentes de contacto si no se cuidan y usan adecuadamente. Es esencial educar al niño sobre la correcta manipulación y limpieza de las lentillas. 

En conclusión, podemos decir que las lentillas para niños son una opción viable y segura. Sin embargo, resulta clave que la decisión sobre su uso se tome con la información correcta y bajo la guía de un especialista en salud visual. Los beneficios pueden ser significativos, pero siempre con responsabilidad y cuidado.